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Una casa en amargura




novela de Elisa Vázquez de Gey

Con el espectacular telón de fondo de La Habana Colonial, tres personajes empeñados en cumplir la última voluntad de su amiga deberán familiarizarse con los entresijos del sistema esclavista, sobrellevar las relaciones sociales que de él se desprenden y entrar en contacto con todo un universo de curiosos oficios relacionados con la esclavitud.


La memoria de la esclavitud está por escribir. Y tendrá que relatar que, en un período de nuestra historia, unos cuantos países perpetraron impunemente la mayor de las atrocidades: capturar individuos libres en sus lugares de origen, trasladarlos contra su voluntad a otro continente y esclavizarlos de por vida en beneficio propio. También que, en la Cuba del siglo XIX y con el beneplácito del Gobierno Colonial, la esclavitud dispuso de excelentes mercenarios; un ejército de escribientes, copistas, síndicos y notarios proliferaba a lo largo y ancho de la Isla acomodando reglamentos, redactando contratos, haciendo valer “la letra de la ley” o intentando ordenar los complicados y desiguales vínculos entre amos y siervos. Esto sucedía en un lugar que, por aquel entonces, estaba bajo dominio español. En el silencio de los archivos dormitan las pruebas; certificados de nacimiento, de bautismo, de matrimonio, de óbito… manumisiones, escrituras de ventas, de compras o de alquileres de siervos, plagios de personas, cartas de libertad, testamentos… aguardan su momento. Huellas que acreditan la existencia de “gente sin historia” atesorando el rastro de cuantos fueron ignorados por tener condición de esclavos. Tal vez aún estemos a tiempo de hablar de ello.

sobre la autora

linda habana acogedora

1855-1885

Las damitas van de compras

La jornada se escapó en lo que dura un Avemaría. Ulises nos paseó como el sobresaliente calesero que es, cuidando que los baches no nos incomodasen demasiado, atento a nuestra sed y nuestro apetito, regalándonos ramilletes de menta para soportar los fétidos olores del mercado, arrimando lo más posible el quitrín a la bahía para que sintiésemos la brisa del mar pero vigilando que el sol no fuese a broncearnos la cara. Recorrimos las cuarenta y cinco calles de intramuros contemplando sus edificios y monumentos; entramos a una casa de modas en Obispo, tomaron las medidas de Félicité y marcamos sobre un figurín los modelos de sus “nuevos vestidos tropicales”, que en un par de días estarían para probar y al siguiente “prêts à porter” como dicen los franceses. Nos detuvimos en “Las Delicias de las Damas” y los vendedores sacaron a la calle las piezas de paño para que, desde el quitrín, apreciásemos texturas y colores a la luz del día. Dejamos separado un olán de hilo rosa claro y otro en tono heliotropo, ideales para blusas, un algodón gris, fresco y adecuado para vestidos de diario, y otro crudo más sufrido, combinado en rayadillo, para una falda (...) De vuelta en el centro, Ulises nos trajo helados de chirimoya que degustamos en la Plaza del Gobierno a la sombra de la arboleda. Desde el quitrín, Félicité observaba maravillada el zarandeo de las negras curras que matan las horas luciendo abalorios, fumando cigarros y paseando los flecos de sus mantas de burato por los soportales. También dimos buena cuenta de un cartucho de buñuelos de carita de los que fríe la Jacinta, una lucumi dicharachera que trató a Ulises de “prietonazo palangana” y, entre risas y bromas, se le acercó más de la cuenta. (...) En Teniente Rey esquina Compostela, recordé que necesitaba una pomada calmante de calenturas a base de sándalo y, como también me tocaba reponer el sirope de opio y alcanfor que me prescribió el doctor Valecillos para esta tos de pecho que no acaba de curar, entramos en “La Reunión” haciendo bromas con el nombre de la farmacia “esta botica se llama como la isla donde tú naciste”. Pese a que la clientela era numerosa, aceptaron mi comanda y, mientras disponían el pedido, tuvimos tiempo de sentarnos y admirar la belleza de los techos, las lámparas y el mobiliario.
—¡Pero este lugar es una joya! —exclamó Félicité, sobrecogida ante la preciosura del interior.
La cosa no era para menos, así que la puse en antecedentes:
—Estás en la farmacia más lujosa y exquisita de Cuba —expliqué—. La mejor de América, según dicen. Se llama “La Reunión”, pero nosotros le decimos “Botica Sarrá” porque Sarrá es el apellido de sus dueños. Todos esos frascos de cristal que espejean en los anaqueles fueron fabricados especialmente para esta casa en Francia. El mostrador y los muebles están hechos a mano con pura caoba, los tarros de botica, esos tan bellos, son más que antiguos, vinieron de España. Qué menos, todo a la altura de la reputación de la empresa y de sus propietarios. Ya ves cómo es de elegante la sala de espera, imagínate el resto… si te apetece, un día que haya menos clientes vendremos y nos mostrarán la rebotica. Es digna de ver.

Fragmento del capítulo 26 de "Una Casa en Amargura"

carruaje fúnebre
"¡QUIQUIRIBÚ MANDINGA!"

Los doctores se marcharon y yo me retiré para que las sirvientas, que apreciaban de veras a Misterio, se ocupasen de lavar y vestir su cuerpo. Para no dejarme llevar por la angustia, quise ocuparme en algo

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Damita en quitrín LA REAL VILLA

Con mil sonrisas y un gesto de la mano indiqué a mi invitada que todo estaba dispuesto y que podíamos subir al quitrín. Aceptó, aunque puesto que se había negado a separarse de tres bolsones y un par de sombrereras


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ilustración del Teatro Villanueva TEATRO VILLANUEVA

Cuando entramos en conflicto armado contra España la tranquilidad de los que lucían corbata azul, prenda con la que se reconocían los patriotas cubanos y que, en tanto los españoles no descubrieron su significado, les permitió identificarse a simple vista, se truncó para siempre.

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Memoria de la esclavitud

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Elisa vázquez de gey

Biografía y obras

Elisa Vázquez de Gey (Lugo) es autora de la única biografía autorizada sobre el personaje de la Princesa de Kapurthala. Su obra "Anita Delgado, Maharaní de Kapurthala" (Barcelona, 1998) ha sido reeditada sucesivas veces en España y traducida hasta el momento, al alemán y al Inglés. Estudió Filología en la Universidad de Santiago de Compostela y desde 1984 repartió su actividad entre la docencia y la creación literaria. Su trayectoria de escritora comienza en la poesía para ir derivando hacia el campo de la biografía y de la novela histórica. Su novela más reciente "Una casa en Amargura" (Ediciones B) está ambientada en la Cuba Colonial y recrea la vida cotidiana de amos y siervos en las elegantes casonas habaneras. Si quieres saber más, estás en la web adecuada.

 Obras:

Versos sin rimmel

(Torremozas, Madrid 1984) Poesía.

Queimar as meigas: Galicia 50 años de poesía escrita por mujeres

(Torremozas, Madrid 1988).

Atentamente suya

(Torremozas, Madrid 1994) Poesía.

Anita Delgado, Maharaní de Kapurthala

(Planeta 1998) Biografía.

El sueño de la Maharaní

(Grijalbo, 2005) Novela histórica.

La princesa de Kapurthala

(Planeta, BCN 2008) Biografía.

Impresiones de mis viajes por las Indias
Princesa Prem Kaur de Kapurthala (Anita Delgado)

Edición al cuidado de Elisa Vázquez de Gey (Ediciones del Viento, Coruña 2017)

Una casa en Amargura

(Ediciones B, BCN 2015) Novela histórica.

Gracias y créditos


De isla en isla, confieso que este libro ha supuesto una larga travesía. Por fortuna no fue una singladura solitaria, muy al contrario me acompañó la generosidad y el ánimo de un puñado de amigos y colaboradores con los que estoy afectuosamente en deuda.

En la isla de La Reunión, Nelly Barroso me albergó en su casa y me presentó a investigadores y escritores de la esclavitud reunionesa. La profesora Dominique Dambreville con todo su entusiasmo, peregrinó conmigo por librerías, archivos y bibliotecas ayudándome a captar los entresijos de la sociedad esclavista en Bourbon. El escritor Jean-François Sam-Long me regaló excelentes consejos. Fabrice Payet me relató anécdotas de su historia familiar que sin duda reconocerá en la trama de esta novela. Y, gracias a la generosidad del sociólogo Raoul Lucas, mi biblioteca cuenta con una edición facsímile de “Les Marrons” escrito en 1844 por Louis-Timagène Houat, antiguo esclavo.

En la isla de Gorée, mi recuerdo obligado es para Boubacar Joseph Ndiaye, tenaz conservador de la Maison des Esclaves. Él nos dejó en febrero de 2009 pero su recuerdo y la evocación de nuestras conversaciones en la avenida de los baobabs han inspirado no pocas páginas de “Una casa en Amargura”.

En la isla de Cuba, toda mi gratitud, por su paciencia y la puntual resolución de mis dudas peregrinas, para el Dr. Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad y conductor de las obras de restauración del Casco Histórico de La Habana, Patrimonio de la Humanidad desde 1982. Doy asimismo las gracias a Ana Margarita Oliva, técnico especialista en La Sala Cubana, siglo XIX, de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Y conste mi especial reconocimiento a la dirección y el personal del Instituto de Literatura y Lingüística “José Antonio Portuondo Valdor”, en cuya biblioteca se custodia el valioso fondo de La Sociedad Económica de Amigos del País.

En España, expreso mi gratitud a la Dirección del Museo Naval de Madrid y en particular al Capitán de Navío Marcelino González; sin su amabilidad mis pesquisas en los diferentes servicios del Museo habrían sido mucho más arduas y complicadas. En la misma institución agradezco la cooperación de Pilar del Campo, del servicio de archivo, y de José María Moreno, del de cartografía.

En la Universidad Jaume I de Castellón, mi más especial y cariñoso agradecimiento es para la historiadora Claudia Varella. Mientras ella finalizaba su tesis yo redactaba esta novela. Inolvidable, el tiempo compartido entre conversaciones, documentos y recuerdos de La Habana.

En Barcelona, no puedo dejar de citar a Anna Soler-Pont. Sin sus desvelos y el trabajo del personal de Pontas, su agencia literaria y cinematográfica, “Una casa en Amargura” seguramente estaría envejeciendo en algún cajón.

Y en Galicia, donde tantas familias, incluida la mía propia, atesoran recuerdos del pasado colonial y memorias entrañables de la vieja Cuba, soy deudora de cuantos me relataron anécdotas de sus antepasados, pero en particular de María José Castro que me prestó la historia de su bisabuelo. Las peripecias de Don Ramón Castro, el gallego de Cordeiro, inspiraron a uno de los amos de Misterio. Fernando Alonso puso el pincel y su inspiración de artista a disposición de uno de mis personajes, Ulises Horacio Prieto, reinterpretando las obras del pintor criollo. Cecilia Monllor leyó e informó el primer borrador de esta novela.

Finalmente hago constar que los nombres y apellidos de los personajes de Una casa en Amargura pertenecen al árbol genealógico de las familias González-Arias oriundas de Veiga y Ferreiros en Puebla de Brollón (Lugo) y Vázquez-Somoza de Arrabaldo, Quinte, en O Corgo (Lugo).

:: Textos ::
Elisa Vázquez de Gey

:: Imágenes y documentación ::
Archivo particular de fotografías y documentos de Elisa Vázquez de Gey
La fotografía “Niña Dulce y su Muleque” es propiedad de Fernando Montero
El óleo “Tres Pilluelos” es de Juana Borrero (1877-1896)
El óleo “La siesta” es de Guillermo Collazo (1850-1896)
Las escenas cubanas son de Víctor Patricio Landaluce (1830-1889)
La “Vista del puerto y la ciudad de La Habana” es de Louis le Breton (1818-1866)
Textos extraídos de los diarios cubanos “La Gaceta de La Habana” y “El diario de La Marina”
La obra "Lo que fuimos y lo que somos o La Habana antigua y moderna" de José María de la Torre:
Imprenta de Spencer y Compañía, Habana 1857
Las fotografías en BN con subtítulos en inglés pertenecen al libro: “Greater America; Heroes, Battles, Camps; Dewey Islands, Cuba, Porto Rico” 1898, de F. Tennyson Neely.
Las vistas de ingenios son de Eduardo Laplante, pintor, grabador y litografista.
Diarios gallegos “La Voz de Galicia” y “La Opinión de La Coruña”

::Webs::
www.habananuestra.cu Portal de la Oficina del Historiador de la Ciudad.
www.habanaradio.cu Tribuna del Historiador de la Ciudad, que transmite desde la Lonja del Comercio.
www.opushabana.cu Revista de la Oficina del Historiador y de actualidad cultural de La Habana Vieja.
www.lahabanaelegante.com Revista de literatura y cultura cubana, caribeña, latinoamericana y de estética.
Registros de inmigración de Gallegos a Cuba: www.xenealoxia.org/rexistros/galegos-a-cuba/2126-urbano-feyjoo-sotomayor-y-cejo-181-1898

:: Cubierta “Una casa en Amargura”::
Ediciones B, Barcelona, 2015

::Diseño::
Asís G. Ayerbe: www.losduelistas.es

::Webmaster::
Sol Carcur

::Edición y Digitalización documentos y fotografías siglo XIX::
Simón Jiménez Rodríguez
www.carlosfotografos.com

Copyright 2015 - Elisa Vázquez de Gey
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